El diagnóstico participativo es un método de participación ciudadana diseñado para obtener las opiniones y la participación de grupos de usuarios, hogares residenciales y otros actores locales en la recolección y análisis de información sobre innovaciones tecnológicas, intervenciones de desarrollo o propuestas de recursos o políticas de uso de la tierra que afectan a una comunidad o región.
Es útil para identificar de manera temprana los sentimientos de inseguridad en las ciudades, comunidades, distritos y vecindarios. Es un proceso que da a los participantes la oportunidad de decir lo que los hace sentirse inseguros, y promover la participación equilibrada de género.
El diagnóstico participativo se lleva a cabo antes del inicio de un proyecto de planificación propiamente dicho. Sus resultados alimentan la planificación del proyecto y contribuyen a la eficiencia de la planificación de las políticas públicas. El diagnóstico participativo es a menudo la primera vez que una aldea o comunidad experimenta la igualdad en el proceso de toma de decisiones.
El diagnóstico participativo está dirigido –principalmente– a proyectos comunitarios, donde la toma de decisiones y los beneficios de la actividad del proyecto recaigan sobre la comunidad (ya sea individual o comunitariamente). La comunidad puede estar en cualquier país, y abarcar cualquier grupo social, económico o cultural.
Estas comunidades deben desear y necesitar insumos, recursos o una nueva perspectiva para cambiar, mejorar, administrar, rehabilitar o procesar de manera más útil y equitativa los recursos que los rodean.
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